Yemen puede explotar en un conflicto militar, tal como una fuerza de operaciones especiales de Estados Unidos entrando en Yemen para atacar blancos del CGRI.
Ocho ejércitos están luchando por el dominio en Yemen, un país de 25 millones de habitantes: Los insurgentes Hutíes apoyados por Irán, junto con una fuerza de arranque, están luchando contra el ejército leal al presidente Abdulrabbuh Mansur Hadi, que es apoyado por los ejércitos de Arabia Saudí, Egipto y Emiratos Arabes Unidos y su legión de mercenarios colombianos contratados.
Elementos de la Guardia Revolucionaria de Irán (CGRI), la mayoría actuando como asesores de los rebeldes Hutíes, intervienen activamente de vez en cuando. El pasado octubre, se llevaron a cabo ataques con misiles contra buques estadounidenses en el Mar Rojo desde baterías costeras. En respuesta, la Armada de los Estados Unidos el 9 y el 12 de octubre destruyeron esas plataformas de lanzamiento y de radares, que eran manejaas por equipos del CGRI.
Teherán respondió desplegando en Yemen drones de largo alcance Shahed-129 que transportan cohetes Sadid-1 y sembrando de minas marinas la zona alrededor del estrecho de Bab al-Mandeb.
La aguda advertencia del presidente de EE.UU., Donald Trump el viernes, 3 de febrero, después de sólo dos semanas en el cargo, de que Irán está “jugando con fuego” y la nueva ronda de sanciones que lanzó fueron galvanizadas por la agresión iraní en Yemen y el Mar Rojo casi tanto como su prueba de misiles balísticos.
Y de hecho, el despliegue del destructor USS Cole en los estratégicos estrechos del Mar Rojo de Bab Al-Mandeb en el mismo día volvió la aguja de la brújula hacia el campo de una potencial escalada de tensión entre los EE.UU. y Yemen que puede explotar en un conflicto militar, tal como una fuerza de operaciones especiales de Estados Unidos entrando en Yemen para atacar blancos del CGRI.
Fuentes de Debkafile informan que la administración Trump encontraría este campo de batalla expediente dentro de seis consideraciones:
1. Esto permitiría a los EE.UU. mantener la confrontación dentro de límites controlados, afirmando que estaba actuando en contra de los insurgentes Hutíes en Yemen – no atacando directamente a Irán.
2. Si la Guardia Revolucionaria iraní quedara atrapada en el fuego, Washington preguntaría qué estaban haciendo en Yemen, ya que Teherán negó su intervención en la guerra civil de Yemen.
3. Irán no sería necesariamente obligada a devolver el golpe directamente, siempre y cuando los EE.UU. evitaría ataques directos en su terreno.
4. Se proporcionaría apoyo serio a los ejércitos de Arabia Saudita y los EAU, el entrelazamiento de cuyos ejércitos ‘en el conflicto de Yemen se está profundizando sin su avance real contra los Hutíes. El Presidente Trump mostraría a Riad, Abu Dabi y El Cairo, que está de su parte en la lucha contra Irán.
5. Irán es capaz de hacer frente a los ejércitos regionales que van en contra de los rebeldes Hutíes, pero cualquier intervención militar sustancial de Estados Unidos podría obligar a Irán a reconsiderar su apoyo a la insurgencia de Yemen.
6. Los rusos no están involucrados en Yemen y cualquier intervención de Estados Unidos pueden diferenciarse claramente de la asociación política y militar que se está desarrollando entre la administración Trump y Moscú en Siria.
De la misma manera, Washington mantiene sus manos fuera de Libia, donde la semana pasada, los rusos comenzaron a enviar asesores militares para ayudar al libio-americano general Khalifa Haftar, que controla grandes partes de la región oriental, rica en petróleo. Los aviones que están llevando a los asesores están llevando también a los heridos de Hafter a los hospitales de Rusia.
Origen: Yemen se perfila para un cercano choque militar entre Irán y EE.UU.
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