10 frases budistas que pueden cambiar la perspectiva de tu vida

El budismo es una de las religiones más antiguas que todavía se practican y que tiene más seguidores, unos 200 millones de personas en todo el mundo. Mientras que algunos prefieren referirse al budismo más como una filosofía de vida que como una religión.
De una forma u otra, lo que ha permitido que esta filosofía/religión es sobrevivir en el tiempo y continuar ganando popularidad con sus mensajes simples y llenos de sabiduría que realmente pueden mejorar nuestra vida cotidiana. De hecho, no es necesario ser budista para aprovechar los beneficios que nos puede ofrecer. Hemos de tener una mente abierta y el corazón dispuesto.
1. El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional
Tendemos a pensar que reaccionamos a los acontecimientos que llevan dentro de ellos la semilla de la tristeza o la alegría, pero en realidad reaccionamos a lo que significan los hechos para nosotros. Sólo podemos sufrir por aquello a lo que damos importancia.
Por lo tanto, para evitar un sufrimiento innecesario, a veces sólo es necesario un paso atrás, desprenderse emocionalmente y ver las cosas desde otra perspectiva. Es difícil, pero con la práctica se aprende. De hecho, otra frase budista nos muestra el camino: “Todo lo que somos es el resultado de lo que pensamos; se basa en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos.”

2. Alégrate porque en todas partes es aquí y todo es ahora
A menudo se pierde la vida mientras estamos atados al pasado o preocupándonos por el futuro. Sin embargo, el budismo enseña que sólo existe el aquí y ahora.
Por lo tanto, tenemos que aprender a estar totalmente presente, para disfrutar cada momento como si fuera el primero y el último. No es ahondar en el pasado o soñar en el futuro, centrarse en el momento presente, porque ahí es donde se encuentran las claves de la felicidad.

3. Tenga cuidado con el exterior y con el interior, ya que todo es uno
Somos una unidad física y espiritual, pero a menudo nos olvidamos. A veces nos preocupamos mucho acerca de cómo cuidar el cuerpo y olvidamos el alma, mientras que otras veces nos preocupamos demasiado por nuestro equilibrio psicológico y olvidamos aspectos importantes tales como la dieta y el ejercicio. Sin embargo, para encontrar un bienestar verdadero es importante que la mente y el cuerpo estén equilibrados.

4. Mejor usar zapatillas que tratar de poner una alfombra en el mundo
A veces, ya sea porque sobrestiman nuestras fuerzas o porque no somos conscientes de la magnitud de la situación, se fijan metas que van más allá de nuestras capacidades.
Entonces generamos estrés innecesario. Sin embargo, para encontrar la paz interior, es importante ser conscientes de nuestras fortalezas y compartir nuestros recursos, cualquier camino tiene que partir de nosotros mismos, antes de cambiar lo que no nos gusta en el mundo, tenemos que cambiar lo que no nos gusta en nosotros mismos .

5. No herir a otros con lo que te causa dolor a ti mismo
Esta es una de las máximas de budismo que, si se aplican al pie de la letra, estaríamos eliminado prácticamente todas las leyes y preceptos morales. Sin embargo, esta frase budista va más allá del clásico “No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”, ya que implica, sobre todo, una profunda comprensión de nosotros mismos y una gran empatía por los demás.

6. No es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita
Aunque no seamos conscientes de ello, nuestro deseo de más, ya sea en lo material o en lo emocional, es la fuente principal de nuestras preocupaciones y decepciones.
Cuando aprendemos a vivir con poco y aceptar todo lo que la vida nos ofrece en este momento, podemos lograr una vida más equilibrada y reducir la tensión y el estrés.
Entender que tenemos todo lo necesario para lograr la paz interior y la felicidad es una enseñanza que trae tranquilidad al caminar y previene la ansiedad y el desgaste constante de querer encontrar la felicidad equivocadamente.

7. Para entender todo, hay que olvidarse de todo
Cuando somos pequeños, estamos abiertos al aprendizaje, no tenemos ninguna idea preconcebida. Sin embargo, a medida que crecemos nuestra mente está llena de condicionamientos sociales que nos dice cómo deben ser las cosas, cómo debemos comportarnos y hasta qué pensar.
Estamos tan imbuidos en este contexto que no nos damos cuenta de que nuestra mente se ha convertido en una caja muy estrecha que nos encarcela.
Así que si desea cambiar y ver las cosas desde otra perspectiva, el primer paso es separar las creencias y estereotipos que lo mantienen atado. En este sentido, otra frase budista nos ilumina: “En el cielo no hay distinción entre el este y el oeste, son las personas que crean estas distinciones en su mente y luego piensan que son verdad.”

8. El odio no se disminuye con el odio. El odio se disminuye con amor
Generar violencia, o ira produce resentimiento. Es algo que casi nunca se aplica cuando nos involucramos en los debates en los que nos guiamos por nuestras emociones más negativas, responder a las críticas con otra crítica y un ataque aún más fuerte.
Sin embargo, el odio sólo engendra odio, la única manera de contrarrestar su efecto es el de proporcionar amor, respondiendo con emociones positivas. El fuego no se apaga con más fuego.

9. Dar, incluso si tiene muy poco para dar
Esta es una de las frases budistas más antiguas, y algunas investigaciones en el campo de la psicología positiva han demostrado que la gratitud y la entrega es uno de los caminos que conducen a la felicidad. No se trata de dar con el fin de recibir algo, sino dar motivados por el placer que se siente al ayudar a alguien.

10. Si puedes apreciar el milagro que sostiene una sola flor, toda tu vida cambiará
En esta frase budista el secreto del cambio está cerrado: aprender a valorar cada cosa y cada persona por lo que es: un único e irrepetible milagro. Cuando aprendamos a no criticar sino a aceptar y a maravillarnos con las cosas más pequeñas que están alrededor de nosotros, nuestras vidas van a cambiar porque estamos dejando abierta la gratitud, la curiosidad y la alegría.
Por el contrario, si pensamos que no hay nada especial sobre las pequeñas cosas y estamos en la cima del mundo, no sólo estamos cerrando la belleza, sino también el aprendizaje y el crecimiento. Si no se puede apreciar el milagro que implica una flor, es que te estás muriendo por dentro.